lunes, 17 de diciembre de 2012

Mesa de disección (II) – Genocidio



Uno de los adjetivos más usados al describir la política de Israel por parte de la izquierda es la de “genocida”. La acusación de genocidio ya se ha hecho tan común en la crítica a Israel que pocos se parecen cuestionar esta descripción. Lo que es más: si uno se socializa hoy en día en la izquierda, corre el peligro de “aprender” que Israel comete genocidio, al igual que nuestros abuelos “aprendieron” que los chinos son amarillos. En lo sucesivo no quiero defender cada uno de los actos de la política de Israel, sino simplemente defender a Israel frente a las acusaciones exageradas y totalmente infundadas.
 
Una buena definición de genocidio es la ofrecida por la Asamblea General de las Naciones Unidas. Según ella, el genocidio comprende "una negación del derecho de existencia a grupos humanos enteros". Esto significa también que actos bélicos u ocupaciones en sí mismas no son genocidios. El objetivo de guerras u ocupaciones suele ser desarmar al enemigo, explotarle o apropiarse de sus recursos y no la negación del derecho de existencia de grupos enteros. Sin que con ello se quiera defender las guerras u ocupaciones, se puede decir que los genocidios son moralmente aún más condenables que estas primeras. Esto es justamente la razón por la que se utiliza el término al describir a la política de Israel. Se quiere conseguir una condena moral más severa, aunque para ello se tenga  que faltar a la verdad.

La verdad es que no encontramos ni actos ni ideologías oficiales de Israel que justifiquen  una calificación de genocida. La cifra más alta de muertos palestinos para la primera década del nuevo milenio y que incluye la guerra de la segunda intifada, de casi cinco años de duración, es la que publicó el propio gobierno de palestina. Según estas fuentes, hubo en esta década exactamente 7.515 muertos palestinos (otros datos de diversas ONG apuntan la mitad de muertos y avisan de que más de 500 palestinos fueron matados por palestinos, p.ej. porque habían sido acusados de colaborar con Israel). Si lo comparamos con verdaderos genocidios, como el asesinato de casi un millón de hutus, un 75% de su población (!), durante el genocidio de Ruanda, debería caer la cara de vergüenza a los que todavía sostienen que en Palestina se comete genocidio. No sólo es una exageración inmensa hablar del genocidio palestino, sino que también es una trivialización de las víctimas de los verdaderos genocidios.

Pero no es sólo una cuestión de cantidad, sino también de estrategia e ideología. Mientras que entre algunos actores importantes de Palestina sí se encuentra abiertamente una negación del derecho de existencia de los judíos, no se puede encontrar tal deseo en ningún documento, en ningún discurso de ninguna institución importante en Israel. No hay plan, ni deseo, ni política de exterminar al pueblo palestino. Siempre se ha subrayado desde Israel que el objetivo de sus acciones militares son el desarme y la posibilidad de garantizar una convivencia pacífica en el futuro. En incontables ocasiones se ha dejado constancia de que se cree que la única solución viable para el futuro es una solución de dos Estados. Esto no es una ideología genocida.

Decir que la política de Israel no es genocida no significa decir que estamos de acuerdo con ella. Muchas palabras pueden ser utilizadas para criticar diversos actos cometidos por israelís en las últimas décadas: violencia, guerra, vulneración de derechos humanos. Pero la palabra genocida la deberíamos utilizar donde toca. Esto nos manda la honestidad intelectual.

1 comentario:

  1. Podemos estar de acuerdo en que Israel no ha cometido un genocidio. Pero ha creado condiciones en las que se ha producido, al menos, una inmensa matanza: http://en.wikipedia.org/wiki/Sabra_and_Shatila_massacre .
    Tengo la impresión que algunos genocidios (como los citados en la entrada) no respondieron a un plan, sino que se realizaron cuando se alentaron o se permitieron matanzas, muchas veces realizadas por otros actores sociales. Por tanto, la cuestión es si la intervención de Israel en Gaza, Cisjordania u otros lugares, puede auspiciar matanzas (por acción u omisión). La entrada de carros de combate en poblaciones palestinas o el bombardeo de escuelas o centros de la ONU, son situaciones que incrementan el riesgo de nuevas matanzas

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